miércoles, 25 de marzo de 2009

TUCKER: “GANAR EL DOMINGO FUE UNA GRAN ALEGRÍA PORQUE NECESITAMOS TODAS LAS VICTORIAS POSIBLES”

El escolta estadounidense del Cajasol sigue deslumbrando al baloncesto nacional y confía plenamente en proseguir con la remontada: “Si tuviera que valorar cuánto creemos en la salvación diría que al cien por cien”

La llegada de Clay Tucker ha contribuido en buena medida a que el Cajasol esté completando una magnífica segunda vuelta. La remontada cajista se sustenta en las cinco victorias logradas en los últimos siete partidos, lo que ha permitido al equipo salir de los puestos de descenso. El nuevo jugador cajista ha disputado cuatro de esos encuentros, con un apabullante balance de 3 triunfos y una derrota. Precisamente el último ante el CB Murcia no fue su mejor actuación en el plano individual, aunque a pesar de ello acabó segundo en valoración y en definitiva decidió el partido con los dos tiros libres fuera de tiempo tras la personal señalada por los árbitros al escolta Taquan Dean. En una entrevista con www.acb.com, Tucker nos acerca a la mente de un auténtico ‘killer’.

Tucker promedia 17 puntos desde su llegada, con buenos porcentajes en el tiro (47% de tres, 44% de dos -tira más de tres que de dos- y 100% en los tiros libres) y colaborando incluso en tareas de rebote (3 por partido), robos (2,3) y asistencias (3,3). Pero más allá de que sea el máximo anotador del equipo (en promedio, claro está), sobreviene la sensación de que Tucker es ese ‘desatascador’ que solventa las situaciones de dificultad. El hombre que, mal que vayan las cosas, pueda dar un vuelco al partido. En momentos de extrema dificultad, en los que lo más complejo es tener las ideas claras y no apocarse ante las tenazas que pueden imponer algunas situaciones del juego, Clay Tucker se ha erigido como la respuesta del Cajasol.

Tras la derrota frente al TAU Cerámica, el equipo ha logrado una racha de tres victorias consecutivas (iurbentia Bilbao Basket, DKV Joventut y CB Murcia) que le han permitido salir de los puestos de descenso. “Ganar el domingo fue una gran alegría, porque necesitamos todas las victorias posibles”, explica Tucker, el artífice de la victoria tras forzar una falta y anotar los dos tiros libres ya con el reloj a cero, “y, si son en partidos ajustados, la alegría aún es mayor”. Como la que vivió la afición en San Pablo este domingo.

“Si tuviera que valorar cuánto creemos en la salvación, diría que es un 100%”. La situación del equipo era ciertamente complicada, pero a Tucker no pareció afectarle: "Yo no siento mucha presión por esta situación. Cuando yo llegué íbamos últimos y yo sabía que sólo podíamos ir a mejor. Y eso es lo que está pasando: estamos mejorando y además muy rápido". No le falta razón, pues se puede decir que ha visto (y protagonizado) casi la mitad de las victorias de su equipo esta campaña.

La química del vestuario puede ser una explicación. "Lo que más me sorprendió cuando llegué fue lo bien que se llevaban los jugadores, cómo trabajan como equipo y cómo realmente se sentían un equipo. Son buenos compañeros, están muy unidos y me sorprendió que el equipo estuviera perdiendo en estas circunstancias", asegura el escolta.

Con 7-18, el Cajasol es 15º y ya no está en puestos de descenso... pero tampoco tiene respiro. Tiene las mismas victorias que el Murcia, que le tiene ganado el basket average, y está a sólo una de MMT Estudiantes, CAI Zaragoza y Bruesa GBC, que le preceden en la tabla. Su calendario ofrece cuatro salidas (Valencia, Zaragoza, Barcelona y Mahón) y tres partidos locales (Kalise Gran Canaria, Alta Gestión Fuenlabrada y MMT Estudiantes). Tucker tiene claro que “tenemos que proteger San Pablo, que debe ser nuestra fortaleza” y también que, después de dar la campanada en Badalona, “el Cajasol ha demostrado que puede ganar a cualquiera, tanto en casa como a domicilio” .

Que pregunten a todos los nuevos jugadores si necesitan un tiempo de aclimatación y que luego pregunten a Clay Tucker. La conclusión es que o Tucker no es nuevo o venía adaptado de casa. Porque el estadounidense no ha pasado periodo de prueba, ni fase de aclimatación, ni progresivo aumento de sus minutos de juego ni nada de nada. Que no es que sean milongas, pero su inmediato rendimiento efectivo, minutos en cancha, aportación al equipo, liderazgo y balones calientes son, cuanto menos, anormales."Lo que más me sorprendió cuando llegué fue lo bien que se llevaban los jugadores, cómo trabajan como equipo y cómo realmente se sentían un equipo. Son buenos compañeros, están muy unidos y me sorprendió que el equipo estuviera perdiendo en estas circunstancias", asegura el escolta, que remarca el “buen rollo” del vestuario en cada entrevista que realiza. “Desde que llegué los compañeros me han recibido muy bien y con mucho respeto. Nos llevamos muy bien fuera de la pista, como un grupo de amigos, y eso se nota en la cancha”, apuntaba hace una semana tras ganar en Badalona.

Además, Tucker apela a la globalidad del baloncesto, a la homogeneidad de un deporte tan similar como diferente: “Es lo mismo en España, Italia o Ucrania. Aunque la competición aquí tenga mayor nivel, al final los triples y el tiro libre siempre están a la misma distancia", razona.
Tucker es un motivo en sí mismo. Está cumpliendo con su rol de anotador, sobre todo a partir del tiro exterior, pero también está ayudando al equipo en otras facetas, por las que no se ha caracterizado tanto a lo largo de su carrera. "Sí, soy principalmente un anotador, pero aquí sé que tengo que hacer todo lo necesario para ganar, sea lo que sea". Es en situaciones de crisis cuando los egoísmos de juego unidimensional menos sentido tienen. “No lo sé”, responde cuando se le pregunta si él es realmente la clave del Cajasol, “lo que sé es que ahora cuando saltamos a la cancha siempre creemos que podemos ganar”. Como principio parece básico, pero con creer no se gana. Algo más debe aportar Tucker al equipo si lo queremos tener en cuenta como principal factor del cambio del equipo.

“Creo que, principalmente, lo que puedo aportar es energía y fe en la victoria.”. Volvemos al creer. Y no se despega de él: “Cuando yo llegué, todos los jugadores estaban apagados por la racha de derrotas que llevaban. Creo que ahora tienen más esperanza y eso, creer en la victoria, es una parte muy importante del baloncesto.” Es evidente que para Clay en el fundamento de la victoria están la voluntad, la esperanza, la fe, la fuerza, la energía y todas esas variables de difícil medida que todos los entrenadores piden, los aficionados exigen y los jugadores disponen. Aunque seguramente algo tendrán que ver los 68 puntos, 13 triples ó dos tiros libres decisivos, que ha logrado hasta el momento o en los certeros pases que está dando su equipo de cara a la salvación. "No es imposible que anote 40 ó 50 puntos. Diría que puede pasar. Aún me quedan algunos partidos así que, ¿por qué no?", concluye. Y ciertamente, ¿por qué no?
Información: Dpto. de Comunicación de Cajasol

1 comentarios:

Pirrimarzon dijo...

Es cierto, el cambio de fisonomía y de mentalidad tras la llegada de Tucker y de Milisavljevic es notable. Espero que se salven para poder seguir disfrutando de baloncesto aquí en Sevilla.

Saludos